
ya que fue fotografiada cubierta de polvo justo después de los ataques y la imagen dio la vuelta al mundo.
Su familia ha anunciado su muerte a través de Facebook, que se ha producido un año después de que se le diagnosticara la enfermedad.
Detrás de esta icónica instantánea está el fotógrafo de la agencia AFP Stan Honda, quien capturó el preciso instante en el que Borders logró escapar de la caótica situación que se vivía en la Torre Norte y poner a salvo su vida.

"Me encontraba cerca de un vestíbulo del edificio, donde un policía tiraba de la gente para ponerlos a salvo", relató Honda con motivo del décimo aniversario de los atentados. "Conseguí entrar dentro de la torre y durante unos minutos todo estaba completamente oscuro. Entonces vi a una mujer completamente cubierta de polvo gris. Se notaba que iba muy bien vestida para el trabajo y tardó como unos minutos en reaccionar, hasta que se dirigió hacia el policía".
Borders tenía en el momento de los ataques 28 años y trabajaba en el piso 81 de la Torre Norte del World Trade Center. "No podía ver ni mi mano. El mundo se quedó en silencio", describió en 2011 al diario New York Post.
Después de los atentados, Borders cayó en una fuerte depresión y terminó abusando de las drogas y el alcohol, hasta que en el año 2011 entró en un centro de rehabilitación. Logró curarse y recuperar su vida y, cuando todo parecía volver a la normalidad, en agosto de 2014 le diagnosticaron cáncer de estómago.
En noviembre de ese mismo año Marcy Borders confesó al diario The New Jersey lo que sentía sobre su enfermedad: "A veces me pregunto si esa cosa (el polvo de los atentados) no habrá inoculado las células cancerígenas en mi interior, ya que no tengo ninguna enfermedad, ni una alta presión sanguínea, ni colesterol, ni diabetes».
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