Más de cuatro años después de que el hoy encarcelado José Sócrates cavara su tumba como primer ministro socialista y pidiera oficialmente el rescate financiero de Portugal, las cuentas cuadran y el país ha conseguido ganar claramente en competitividad. Pero, ¿a costa de qué? Pues de un fuerte incremento de los trabajadores que perciben el salario mínimo de sólo 505 euros brutos al mes.Ya se ha elevado a un 19,6% el número de empleados que lo cobran, es decir, un 73,6% más desde aquel 7 de abril de 2011, cuando el porcentaje se situaba en el 11,3%. La «troika» formada por BCE, UE y FMI vigila c...